Hoy en AFAV, todos hemos sido uno. Nos hemos dejado en la entrada del Centro Benicalap los cargos, los puestos de trabajo y todas nuestras características  personales y hemos entrado en el jardín arropados únicamente con la sonrisa de Juana.

Así ha comenzado su discurso Ana Morón, gerente de AFAV, en el homenaje organizado en memoria de nuestra querida Presidenta Honorífica, Juana García. Hoy ha sido, por lo tanto, un día triste, en el que hemos recordado que Juana ya no está, pero a la vez, ha sido un día en el que la sonrisa de Juana, su humor y su alegría han estado presentes en todo momento.

El equipo de AFAV, desde su presidenta, Ana María Ruiz, hasta todos y cada uno de sus trabajadores y trabajadoras, han estado acompañados por amigos y familiares de Juana. Hoy no ha habido cargos ni rangos, sino solo personas que han querido recordar a Juana.

Y así,  Ana  María Ruiz, sucesora de Juana, le ha dedicado unas palabras con las que no ha podido evitar emocionarse. Porque como bien nos ha recordado, “Juana puso en su labor en AFAV todo su empeño, su corazón y su constancia”.

Ana María ha definido a Juana muy acertadamente. Valiente, inteligente, avispada, cercana, campechana, sencilla, alegre y divertida… y como bien nos ha recordado, “Juana nos ha marcado para toda nuestra vida como referente y ejemplo de gran y buena persona”.

En representación de los trabajadores, Raúl García ha puesto una chispa de humor en el acto, dedicando unas palabras a recordar cómo Juana trataba a todos y todas los trabajadores como si fuesen sus propios hijos.

Tras los discursos, amenizados por la música de Soledad Corachán y Raúl Sánchez, el coro Les Veus de la Memòria ha ofrecido una de sus canciones al público.

Ante tantas palabras de recuerdo, las lágrimas han aflorado en muchos momentos, pero Juana ya nos dejó dicho que hay que seguir trabajando con alegría por las personas con alzhéimer.

En el acto también se ha descubierto la escultura dedicada a Juana, del artista Vicente Ortí, que ha asistido al acto. Flores, abrazos y sonrisas han cerrado este emotivo homenaje a una mujer que lo dio todo para dar una vida mejor a los enfermos de alzhéimer y sus familias.

Y ahora, vamos a trabajar, que nos mira desde el cielo y hay mucho por hacer.